El año pasado por razones de salud debí viajar a Cuba. Un lugar donde los argentinos somos muy queridos y nos hablan mucho de nuestros artístas, de los alfajores cordobeses, del Che, por supuesto, y de una gran variedad de personas y cosas que conocen muy bien y valoran.
Los días viernes en el Centro en el cual me encontraba, luego del trabajo diario de rehabilitación, homenajebanan a todos los pacientes con una pequeña reunión a la cual asistían músicos y cantantes cubanos que en medio del espectáculo solían preguntar las nacionalidades diferentes que allí se encuentraban y pedían un caluroso saludo haciendo referencia, en cada caso, a algo identificativo del país que se mencionaba. Una de esas noches un cantante hizo esa interrogación y muy orgullosa levanté una mano para manifestar que tanto yo, como mi acompañante, eramos argentinas, "oh, si, bienvenidas, el país de los boludos" y noté que lo decía como un cariñoso saludo. Qué tristeza y vergüenza sentí en ese momento. Pero claro, enseguida comprendí que la "palabra" que nos idenfitica hoy en el mundo es esa.
Recordé en seguida un editorial de un matutino nuestro de hace varios años que llevaba por título: "Boludo Guevara". En él se hacía referencia a esa especie de saludo o llamado que reemplazó a nuestro acostumbrado "che" y que si hubiera tenido vigencia en épocas de Ernesto Guevara de la Serna, quien se hizo famoso por la utilización del término tan nuestro, no hubiera sido "El Che".
Demás está decir que nunca más levanté mi mano para decir mi nacionalidad.
Demás está decir que nunca más levanté mi mano para decir mi nacionalidad.
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