lunes, 12 de agosto de 2013

Pedaleando

     En un pueblito lejano de la ciudad de Buenos Aires ocurrió esta pequeña historia que hoy quiero relatarles:
     Es tan pequeño el pueblo que en él todos se conocen y ésto da lugar a que también todos participen en la vida de cada uno, a veces para bien y otras dando lugar al común chismorreo.
     El intendente del lugar comenzó a tener relaciones extramatrimoniales con una mujer de "mala fama" para los pueblerinos. Parece que la pareja trataba de ocultar sus encuentros, buscando horarios que consideraba los mantendría al margen de mirada indiscretas.
    Claro, no contaban con que en un lugar tan pequeño siempre hay ojos escondidos detrás de cada ventana. Así todos supieron qué estaba pasando y los secretos que comienzaron entre dos rápido llegaron a los oídos de todos. Entre todos estaban los oídos de la esposa del intendente.
     Tomó ella las medias que pusieran a salvo su reputación. En casos como estos, la persona ofendida reacciona por el dolor propio pero, también por el que dirán, sobre todo si se vive en un lugar donde todos saben todo.
     En pocos días el intendente fue expulsado de su casa y tuvo que irse en silencio, también estaba en juego su honorabilidad pública como mandatario.
     Así, el intendente terminó trasladándose a vivir a la casa de un amigo en las afueras del pueblo. Todos los días se lo puede ver pasar hacia la Intendencia pedaleando despacio una bicicleta, cruzando el pueblo con su cabeza cabizbaja.
     A medida que lo atraviesa él sabe que nunca más ocupará la Intendencia, porque para las próxima elecciones no será votado: su ex-esposa es la candidata favorita.

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