lunes, 27 de febrero de 2012

Vale un Perú

Corría el año 1804 y uno más de los barcos españoles partía de una de las costas de sus colonias en América. Su cargamento: 23 toneladas de oro y plata en monedas acuñadas en ese virreinato. El lugar: la ciudad de Lima, Perú, de cuyas minas se habían extraído dichos metales.
Convendría recordar que, como todo lo que España sacó de tierra americana, era un robo más a sus legítimos dueños: los aborígenes. Éstos eran explotados hasta la muerte por el imperio conquistador y colonizador, para extraer de sus propias tierras el metal que luego acuñarían en moneda.
Colocado el botín en las bodegas de la fragata "Nuestra señora de las Mercedes", partió del Puerto del Callao pero, nunca llegó a destino. En la zona del Golfo de Cádiz fue hundido por navíos del Reino Unido de Gran Bretaña. Los acérrimos enemigos en el dominio de los mares volvían a enfrentarse. El tesoro saqueado del Perú durmió bajo las aguas hasta 2007, año en el que una empresa de explotación submarina estadounidense, Odyssey, logra extraer el precioso cargamento. Y ahí tenemos, después de los siglos, la continuación de la batalla de dos poderosos que, pasado tanto tiempo, siguen peleando por lo que no les corresponde. ¿Cuál de ellos debe quedarse con el botín?, ¿Norteamérica o España? Litigio de por medio, después de cinco años, el 25 de febrero de 2012, luego del fallo de la corte estadounidense, el tesoro llegó a tierras españolas.
¿Y los dueños? Señores poderosos, existe un tratado de aguas interncionales por el cual lo hallado en ellas debe volver a su lugar de origen. Y ese lugar es: Perú. Sus legítimos dueños han sido saqueados una vez más.
Lo hallado, "vale un Perú", pero sólo para los españoles. Pasa el tiempo y la injusticia sigue.

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