sábado, 22 de octubre de 2016

Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar


     Les comento un secreto: leo de noche. Puedo ver alguna película que me interese, pero la noche la finalizo con un libro en mis manos.
   Algunos dirán: "me da sueño leer" y yo les digo, la lectura es un hábito y estos ¿cómo se adquieren?, por repetición de actos iguales o semejantes, u originados por tendencias instintivas. Todo en nuestra vida hemos logrado hacerlo por hábito.
   Después de un arduo día de trabajo, de estudio. Cuando deseamos evadirnos de la realidad inmediata, la lectura hace que ella se esfume y penetremos en la vivida por personajes, sus aventuras, su espacio y su tiempo. Y si encontramos la obra que sea de nuestro agrado, estamos esperando volver a abrir el libro para saber qué ocurrirá, Cómo avanzará la historia.
     Hoy elegí comenzar mis recomendaciones con un libro, que a mi entender, y al del autor, abarca un gran abanico de edades que pueden disfrutarlo: "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar", una novela para jóvenes de 8 a 88 años. Escrita por el autor chileno, Luis Sepúlveda.
     La gaviota Kengah, vuela sobre el Mar del Norte, en las proximidades del puerto de Hamburgo. Desciende sobre el mar para atrapar un arenque. Las aguas empetroladas son una trampa de la que debe salir. Aunque agotada, lo logra, y apenas puede llegar hasta el balcón de un departamento frente al puerto. 
      Allí conoce al gato Zorbas, con quien comienza una conversación, en tanto que pone un huevo. Sabiendo que va a morir le ruega a éste que le haga tres promesas: no comer el huevo; cuidarlo hasta que nazca y luego enseñarle a volar. Zorbas asume el compromiso de hacerlo.
       Acudirá en busca de la ayuda de sus amigos-gatos del puerto. Y ya no les cuento más, léanlo.
       Aparecen en ella diferentes temas: la amistad, la nobleza, el compromiso, la diversidad, la contaminación.
      Es una bellísima historia con toques del mejor humor. Simple, sí, pero con una gracia atrapante. Para leer ustedes y leérsela a los niños. 
      

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