viernes, 3 de noviembre de 2017

"1982" de Sergio Olguín


     ¡Cuánto tiempo sin escribir en el blog! Lo peor es que fue por razones no deseadas y por situaciones complicadas y tristes, pero aquí estoy de nuevo para intentar contarles sobre aquellos libros que leo y me gusta recomendar. 
         Confieso que sobre Sergio Olguín es el primer libro que leo. 1982, año por demás significativo para los argentinos. Nos remite al dolor y la tristeza, por lo menos es lo que siento.
          Debo reconocer que a primera vista supuse un libro que me trasladaría al horror de aquella guerra de Malvinas pero... nunca hay que adelantarse. Si bien el tema ronda ese hecho histórico, las situaciones que narra Olguín las ubica primordialmente en la ciudad de Buenos Aires.
           Utiliza el marco de la guerra de Malvinas para introducirnos en la intimidad de una familia de militares. Pedro, hijastro de Fátima, la mujer del teniente coronel Augusto Vidal que se encuentra en las islas, se enamora perdidamente de ella. Y ese amor es correspondido.
            Pedro es despreciado por su padre. Agusto lo considera una vergüenza por no haber seguido el mandato familiar de ingresar al ejército. El hijo estudia literatura y encuentra en la lectura el refugio ante los constantes desprecios de su padre.
           La sexualidad de la novela está despojada de erotismo. Si bien la relación tiene un alto contenido sexual una vez que ambos aceptan lo que les ocurre. Pero Augusto regresa finalizada la guerra y los amantes comprenden que ya no pueden volver atrás. Deciden escapar, aunque el futuro signifique una constante evasión. Huyen en un micro a Mar de Ajó, pero a veces la lejanía puede significar un nunca irse.
             La historia nos remite de alguna manera al mito de Fedra narrado por Eurípides. Fedra se casa con Teseo pero termina enamorada de el hijo de su marido, Hipólito. El joven rechaza a Fedra por respeto a su padre, ya que considera un incesto tener relaciones con su madrastra y no tolera profanar el lecho paterno.
             Ella temerosa de que Hipólito en un rapto de honestidad le cuente todo a su padre le hace creer a Teseo que su hijo había tratado de ultrajarla. El padre ordena el destierro de Hipólito y le pide a Poseidón que lo mate. Fedra abrumada por la culpa decide suicidarse ahorcándose.
               Es innegable que Olguín pensó en el mito de Fedra al construir "1982", él mismo lo ha llegado a decir, pero invito a los lectores descubrir que ha cambiado el autor del mito de Fedra en su libro.
           

No hay comentarios:

Publicar un comentario