Ante todo es conveniente contextualizar la historia que les contaré. El marco tiene mucho que ver con el lugar elegido para llevarse a cabo lo que les narraré.
Aurelia Vélez, hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, el padre del Código Civil, fue durante más de treinta años la amante de Domingo Faustino Sarmiento. Él era casaso y ella también. Eso sí, hicieron todos los intentos posibles por mantenerlo en secreto. El adulterio era penado por la ley e incluso el propio padre de Aurelia lo incluyó como tal en el Código por el redactado.
Aurelia se había casado a los diecisite años con un primo hermano "apuradita" por el avanzado estado de embarazo que tenía. Un escándalo para la época. Luego se supo, no se sabe si por razones naturales o no abortó. El siguiente escalón en la escalera de comentarios de la sociedad, Aurelia protagonizó uno con ribetes policiales.
El esposo de la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, el doctor en medicina Pedro Ortiz Vélez, encontró a su esposa "in fraganti" con su propio secretario Cayetano Echenique. Fue tal el apuro de Echenique que sólo atinó a esconderse en el ropero. El marido engañado agujereo el mueble a pistoletazos provocandole la muerte al ocasional ocupante.
A continuación llevó a Aurelia de un brazo de vuelta a la casa de su padre. Pedro, diputado de la nación, perdió su cargo y su reputación y se salvó de ir a la cárcel porque ese tipo de personajes de la sociedad siempre se salvan: se argumentó que al momento del asesinato se econtraba bajo estado de demencia. Salvó su vida y se exilió en Chile, donde alcanzó gran renombre cómo médico. Algo interesante de contar en otra entrada de las curiosidades...
Pero volviendo a lo que me ocupa, la reputación de Aurelia Vélez siguió descendiendo al convertirse en la amante de Sarmiento, amigo de su padre, veintitres años mayor que ella y, casado.
Domingo Faustino estaba casado con Benita Pastoriza con la cual tenía dos hijos, Domingo Fidel y Ana. Dominguito había nacido en Chile durante el matrimonio de Benita con su primer esposo. Matrimonio frecuentado por Sarmiento durante el exilio de este en ese país. Lo llamativo es el nombre de bautismo del muchacho, Domingo Fidel y que una vez fallecido el supuesto padre, Benita se case con Sarmiento. De ese matrimonio nacerá Ana.
Domingo Faustino a pesar de estar casaso no deja de tener como amante a Aurelia Vélez a su regreso a Buenos Aires desde el exilio. Ante el descubrimiento de Benita de su infidelidad se separan.
Cuando Domingo F. Sarmiento asume la presidencia sienten él y Aurelia que deben cuidar más las apariencias. Tarde se acordaron de mantenerlas, toda la ciudad sabía de los amores secretos del presidente y de la hija del creador del Código Civil.
Los enemigos políticos de Sarmiento deseaban su muerte y planearon cómo llevarla a cabo. El lugar la esquina de Maiú y Corrientes. Se dirige a la calle Cangallo donde se encuentra la casa de Aurelia. El momento: la noche, las 21 horas cuando el amante iba a verla. El carruaje donde se transportaba no discimulaba la categoría del ocupante, aunque iba sin escolta. Un silbido anuncia la proximidad del mandatario, a continuación el sonido de una detonación. Si bien el presidente no lo oye no se asusta por la estampida de los caballos que eran muy comunes en la ciudad. Ocurre que Sarmiento tiene una notable sordera.
A pesar de la estampida de los caballos el carruaje sigue su camino y una vez en casa de los Vélez, llega un sirviente agitado anunciándole al presidente que quien ha producido el atentado ha sido detenido. ¡Sarmiento ignorante se asombra!
Luego se enterará que quienes intentaron matarlo fueron Casimiro, Francisco y Pedro Guerri. Francisco era el encargado de disparar pero falló, porque cargó demasiado el trabuco y le explotó en las manos. Se hirió a sí mismo. Los otros huyeron. Sarmiento quedó con su Dios aparte. Y desde entonces cuando se habla de un hecho frustrado se dice: "Falló como el trabuco de los Guerri".
Aurelia se había casado a los diecisite años con un primo hermano "apuradita" por el avanzado estado de embarazo que tenía. Un escándalo para la época. Luego se supo, no se sabe si por razones naturales o no abortó. El siguiente escalón en la escalera de comentarios de la sociedad, Aurelia protagonizó uno con ribetes policiales.
El esposo de la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, el doctor en medicina Pedro Ortiz Vélez, encontró a su esposa "in fraganti" con su propio secretario Cayetano Echenique. Fue tal el apuro de Echenique que sólo atinó a esconderse en el ropero. El marido engañado agujereo el mueble a pistoletazos provocandole la muerte al ocasional ocupante.
A continuación llevó a Aurelia de un brazo de vuelta a la casa de su padre. Pedro, diputado de la nación, perdió su cargo y su reputación y se salvó de ir a la cárcel porque ese tipo de personajes de la sociedad siempre se salvan: se argumentó que al momento del asesinato se econtraba bajo estado de demencia. Salvó su vida y se exilió en Chile, donde alcanzó gran renombre cómo médico. Algo interesante de contar en otra entrada de las curiosidades...
Pero volviendo a lo que me ocupa, la reputación de Aurelia Vélez siguió descendiendo al convertirse en la amante de Sarmiento, amigo de su padre, veintitres años mayor que ella y, casado.
Domingo Faustino estaba casado con Benita Pastoriza con la cual tenía dos hijos, Domingo Fidel y Ana. Dominguito había nacido en Chile durante el matrimonio de Benita con su primer esposo. Matrimonio frecuentado por Sarmiento durante el exilio de este en ese país. Lo llamativo es el nombre de bautismo del muchacho, Domingo Fidel y que una vez fallecido el supuesto padre, Benita se case con Sarmiento. De ese matrimonio nacerá Ana.
Domingo Faustino a pesar de estar casaso no deja de tener como amante a Aurelia Vélez a su regreso a Buenos Aires desde el exilio. Ante el descubrimiento de Benita de su infidelidad se separan.
Cuando Domingo F. Sarmiento asume la presidencia sienten él y Aurelia que deben cuidar más las apariencias. Tarde se acordaron de mantenerlas, toda la ciudad sabía de los amores secretos del presidente y de la hija del creador del Código Civil.
Los enemigos políticos de Sarmiento deseaban su muerte y planearon cómo llevarla a cabo. El lugar la esquina de Maiú y Corrientes. Se dirige a la calle Cangallo donde se encuentra la casa de Aurelia. El momento: la noche, las 21 horas cuando el amante iba a verla. El carruaje donde se transportaba no discimulaba la categoría del ocupante, aunque iba sin escolta. Un silbido anuncia la proximidad del mandatario, a continuación el sonido de una detonación. Si bien el presidente no lo oye no se asusta por la estampida de los caballos que eran muy comunes en la ciudad. Ocurre que Sarmiento tiene una notable sordera.
A pesar de la estampida de los caballos el carruaje sigue su camino y una vez en casa de los Vélez, llega un sirviente agitado anunciándole al presidente que quien ha producido el atentado ha sido detenido. ¡Sarmiento ignorante se asombra!
Luego se enterará que quienes intentaron matarlo fueron Casimiro, Francisco y Pedro Guerri. Francisco era el encargado de disparar pero falló, porque cargó demasiado el trabuco y le explotó en las manos. Se hirió a sí mismo. Los otros huyeron. Sarmiento quedó con su Dios aparte. Y desde entonces cuando se habla de un hecho frustrado se dice: "Falló como el trabuco de los Guerri".
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